lunes, 22 de agosto de 2011

tres huerfanitos... y dale!

1935

Oscars winners 1934 a 1951. FNAC
CD ganadores Oscars 1934 a 1951
...Y dale con los huérfanos macho!
A ver si no va a ser verdad eso de que Walt Disney era de Almería...
En este caso los "afortunados" son 3 gatitos, entre los que adivina claramente a Fígaro, a quien años después conoceríamos en Pinocho, los que son lanzados desde un coche y abandonados a su suerte en medio de una tormenta de nieve. Esto solo para ir empezando a abrir el apetito.

Primera conclusión para los peques: cuando veas que tu gata se preña, empieza a entrenar tu lanzamiento de gato.
¿Reacción de los gatos? Pues la lógica, allanar u okupar una vivienda, aún a sabiendas de que está habitada. Una vez dentro liarla parda. Léase: Cómete todo lo comestible, rompe todo lo rompible: vajillas, juguetes, pianos,... y si encuentras algo más caro ¡Rómpelo!

Es curioso que le encuentre tantas similitudes a este corto con el largo de Pinocho, pero ahí están.

Bueno, gatos aparte, yo pensé que la abolición de la esclavitud y el racismo en USA estaban ya superados, pero nada, Walt debía estar imaginando sus historietas mientras todo aquello sucedía.

Disneyland hotel Paris
Reserva tu estancia en
el Disneyland Hotel Paris
En realidad sólo se ven las piernas de las personas, pero que la niñera es negra se adivina a la milla. Si, esa negra que al final quiere devolver los tres lindos y huérfanos gatitos a la helada (por no decir otra cosa) calle y que canturrea un grotesco gospel: ¡Aleluya, nos vamos a jalar un hediondo pastel de grosella!¡Aleluya, se me va a caer otra vez el arapiento calcetín!¡Aleluya, mi bwana hoy solo me va a dar 3 latigazos! (no es literal, es ironía)

No crean que este es el único detalle racista en el corto, ¡que va! hay uno aún más descarado:
Entre sus múltiples hazañas vandálicas, los 3 gatitos huérfanos, entran en un cuarto lleno de juguetes. El posteriormente afamado Fígaro, se siente atraido por una dulce muñeca (de raza blanca) a la que se acerca alegremente. Cuál es su sorpresa (y la mía) al ver que, tras zarandearla un poco, se le da la vuelta la falda, saliendo de las entrañas de la misma otra muñeca, pero negra, lo que provoca en nuestro huerfanito un susto descomunal, que le hace huir despavorido, como si hubiera visto a Skeletor o Hulk lamiendo pescado crudo.
¡Nada! ¡Detalles¡ - dirán los defensores de Walt



Bien, no esperen que los gatos vayan a acabar escarvando contenedores de basura en busca de raspas de pescado putrefactas.

Finalmente son adoptados por la niña repelente y cursi del hogar (la blanca, claro, que si hubiera sido por la niñera negra, ya saben... helada calle), que los mima como si de sus bebés se tratara. Biberones, chupetes y baberos incluidos...
Repulsivo ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario