martes, 23 de agosto de 2011

El Primo de la Ciudad... o el paleto de pueblo

1936

Disneyland hotel Paris
Reserva tu estancia en
el Disneyland Hotel Paris
Ahí va una de ratones.
Aún estoy investigando qué tipo de filia/fobia tenía Walt con estos roedores. Yo sigo manteniendo que, ante la negativa del señor Disney padre a regalarle una mascota decente (un perro, un gato, un loro, un urón,... no sé, una iguana), se vió obligado a adoptar algún tipo de rata callejera para cubrir ciertas carencias afectivas.

Vayamos al meollo:
Primo paletillo de pueblo recibe telegrama de primo pijo de ciudad (siempre hubo clases), invitándole a la "non-stop-life" super cool de la city.

El primo de ciudad, elegante y discreto, de gran olfato, paladar y sabiduría, se lleva a su primo paleto, de aspecto gañanero, ignorante, indiscreto y, ante todo, alcohólico frenético primero de cenorrio y luego de marcha.
Nada más salir de la ratonera se topan con una trampa anti-ratonzuelos en la que el campestre hubiera caído de narices de no ser por la amplia experiencia de su lejano familiar en esos lares.

Salvado de la trampa, el paleto es conducido por el "Clase A" directo a una cena de gala, donde degustar y catar todo tipo de quesos, salsas, puerros, apios y todo aquello que la imaginación del ratón granjero jamás hubiera podido imaginar. Lo más parecido a un queso que había visto en su pueblo eran los pies de una cabra.

Continuamente corregido en las normas de protocolo ratonil por su primo, el paleto acaba por probar una salsa aparentemente picante. Tabasco tal vez.
Esto le lleva, en busca de líquido calmante, a beberse una copa de ¿vino?¿cava?¿lsd?¿mdma?... vaya usted a saber.



A partir de este punto, queridos infantes, es donde pueden apreciar la gran evolución de las técnicas de animación de la época. Y de paso, comprender el porqué del comportamiento de sus papás cuando vuelven, a altas horas de la madrugada, de "cenar" con unos amigos.

Si. De aquí en adelante el primo paleto se agarra un colocón de los gordos. No de ver doble sino triple. A juzgar por la proporcion ratón paleto-copa de licor (de indefinida composición), podríamos equipararlo a la ingesta de 4 ó 5 botellas de ron por parte de sus idolatrados papás.

El ratón paleto descubre sorprendidísimo su reflejo en un flan gelatinoso (hay que tener en cuenta que en los pueblos no hay gelatina de fresa... y mucho menos espejos), entre otras lindezas.

Oscars winners 1934 a 1951. FNAC
CD ganadores Oscars 1934 a 1951
Avergonzado y sobrio, el primo de ciudad, muy modosito él, trata de llevar al ebrio paleto por el buen camino (el de vuelta a casa), hasta que topan con un gato, posiblemente Fígaro, el de Pinocho, un tanto venido a menos. El paleto, con todo su pedal decide encarar al felino. Momento este en el que Disney nos da a todos/as una gran lección de lealtad familiar: el ratón pijo sale corriendo a su ratonera y echa la persiana.
Todo un sálvese quien pueda con un poco de tonto el último. Abandonando así al primo paleto a su suerte.

Esto no detiene al ratón gañan, entre otras cosas por que ni se entera, y le lanza un certero puntapié en todo el culo al gato.

¿Algúno de los niños de la sala tiene gato?...Pues en cuanto llegue a casa el pobre gato se va a la calle con los 3 gatitos huérfanos. Menudo bufido le devuelve el felino. No solo se le ven unos dientes como los de un tiburón y la campanilla. Yo casi le veo la cena del dia anterior y, si me apuran y hacen zoom, creo que se ve la luz al final del túnel.

Lógicamente el lindo gatito se cabrea con el ratonzuelo y trata de zampárselo a toda costa. Al punto que el pobre paletillo acaba en medio de una calle, con todo el cuescazo encima sumado al tremendo pánico, entre bocinazos humanizados, tentativas imprudentes de pisotón humano y múltiples ocasiones frustradas de atropellamiento.

De esta situacion en medio de la ciudad hasta el pueblo aborigen y final ¿feliz? del corto transcurren escasos segundos.

Moraleja: ¿si bebes no conduzcas?... no conduzcas, bebe.

1 comentario:

  1. Esto debe ser como cuando los guiris vienen a España y se pillan un pedo de escadalo, que da verguenza ajena solo verlos!! pobre ratoncito pueblerino!

    ResponderEliminar