viernes, 5 de agosto de 2011

El pulpo y la sirenita

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de "la sirentita"
No vamos a culpar esta vez a Disney por ser un pervertido semizoofilico submarinista capaz de encontrar la máxima belleza en un pez y disimularlo poniéndole medio cuerpo de hermosa dama. La culpa en este caso es de algún danés...Hans Christian Andersen

Por cierto, las sirenas sin branquias, ¿cómo "canastos" aguantan horas y horas bajo el mar? - venga, dejemoslo, son pelis de fantasía, lo asumo.

De lo que sí es culpable Walt, en este caso, es de ponerle a la protagonista de esta historia un nombre de detergente. ¿dónde están los movimientos feministas cuando se les necesita?

Bien, si eso fuera lo tragico de la peli, ni la nombraba. Yo voy a lo mio, que es citar al personaje malo malote, por no decir cosas que los niños no deben leer.

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"la sirentita"
El tema es que Ariel ultraconcentrada, se enamora de uno de esos bichos extraños con piernas, comprendiendo desde un primer momento las incompatibilidades de carácter sexual entre ambos. (supongo que el apuesto príncipe de turno también podría mudarse al fondo del mar sin branquismo, ya que es todo fantástico), luego el problema es de piernas.


Y dado que su superpoderoso padre, Tritón, (severo, incomprensivo, malévolo... esas cosas que tienen todos los padres) la ignora, a nuestra prota solo le queda una opción: acudir al entrañable pulpito. No para ver si la selección española va a ganar a la danesa en cuartos de final del mundial, no. Sino para que le de unas piernas a ver si así puede ligarse al apuesto caballero.

El pulpo de la sirenita

Madre mia con el pulpito!
Imagínate a Cristina Almeida (con todos mis respetos) muy pero que muy enfadada. Pongamos que ha visto resucitar a Franco.
Pues algo parecido pero mezclado con Drácula enmonado de sangre y una recepcionista de juzgado administrativo antes de tomarse el primer café del lunes a las 12:00 porque la cafetera está estropeada.
No se me ocurre manera más diabólicamente retorcido que esta encarnación del mal. Pues ya les digo que la imagen es peor Menudo caracter!
Por supuesto acompañada de unas "simpáticas" anguilas que vienen a ser la versión marina de las hienas de El rey león.

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"La sirenita y otros cuentos"
Hans Christian Andersen
Al menos, la mala maluta, le da las piernas a la chica, no sin antes dejarla muda: "lo siento chica, no se puede tener todo".
O quizás es el ideal para Walter: una mujer bella, semidesnuda que va desesperada a por su hombre... y bien calladita. La mujer perfecta (grupos feministas, dónde estais cuando se os necesita?? Insisto)

La condición (aparte de dejarla muda, claro) es que consiga besar al tipo antes de 3 dias (creo que eran 3, no pude seguir muy atento porque me temblaban las piernas después de la canción de la pulpa).

Qué pasa? que la pulpa Paul se lo puso demasiado fácil a Ariel comprimidos para lavavajillas, y al ver que se iba a pillar al guapete, tuvo que tomar cartas en el asunto, y transformarse del pulpo mas horrible del universo (y de la imaginación de cualquier mortal) en la más hermosa criatura de la naturaleza, a ver si se lo pillaba ella.

Mención especial a la sirenita comiendo pescado. Señor Disney, eso se llama Canibalismo

El príncipe flirtea ahí a diestro y siniesto, lo que me hace pensar que quizás el pulpo debiera haber sido el apuesto caballero, y la pulpa más bien una víbora.

El tema es que, lejos de acercarnos al final feliz, que todos esperamos ante tremenda tragicomedia, Ariel no llega a tiempo de besarle, teniendo que pasar a formar parte de la colección de sirenas y sirenos semiputrefactos de doña Úrsula (el nombre esta logrado, no lo niego, le pega todo).

Pero ahí está super Papi Tritón, inesperadamente dispuesto a ser él quien ocupe el lugar de su hija en las vitrinas de Úrsula. Digo inesperado por el historial de padres de cualquier peli Disney. Quizás alguien tenia ganas de ver a cierto padre reducido a una especie de larva octogenaria, ¿quién sabe?

O tal vez quería ser la prota, junto con el cangrejo andalú y su amado principe quienes cruelmente asesinaran a sangre fria al pulpo Paul (quizás el príncipe era gallego, y tenía algo de experiencia), y asi salvarle el ...
salvarle la aleta al Padre y a todos los prisioneros de Úrsula.

Al final, ¿cómo no?, final feliz, que no pudimos ver porque el terror nos hizo salir del cine antes de ver un previsible final como, por ejemplo, un cenorrio por todo lo alto en "La Dorada".

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